El proyecto se ubica a las afueras de Puerto Varas, en un terreno rodeado de un bosque de arrayanes. La casa se emplaza en el borde sur–poniente del terreno, dejando al proyecto como límite o borde del bosque.

El proyecto consiste en una gran nave, que se abre en ventanales al norte priorizando la vista al bosque de arrayanes e integrando el paisaje dentro del proyecto, dejando como respaldo y sin protagonismo la cara sur que enfrenta al vecino. Al mismo tiempo en la elevación norte, se instala una lucarna continua en todo el largo del proyecto, la cual proporciona iluminación interior a los distintos recintos, que por distribución programática quedan orientados al sur.